Todo el mundo sabe que los rayos del sol son más intensos en verano, temporada en la que las temperaturas aumentan. Incluso debido al cambio climático, es posible tener altas temperaturas en cualquier época del año. Los techos son las zonas de las viviendas que están más expuestas a los rayos solares, por lo que, si no están aislados, la superficie estará caliente. Y por consecuencia, también el interior del hogar. Por ello, hoy te explicaremos las grandes diferencias entre un techo con aislamiento térmico y uno sin aislamiento, sobre todo en verano.
¿Cómo es un techo sin aislamiento térmico?
Si alguna vez has dejado un recipiente (un cubo, por ejemplo) boca abajo y expuesto al sol, no solo estará caliente la parte superior, sino también el interior del cubo. Algo así ocurre en tu hogar cuando los rayos del sol inciden en el techo o tejado, que el interior se convierte en una especie de horno. Y lo notas de inmediato en el ático, razón por la cual nadie quiere permanecer ahí cuando es temporada veraniega. Además, seguramente por ello te rehúsas a reformarlo para convertirlo en una habitación para visitas o en un estudio.
Sin importar que se trate de un lugar con ventanas amplias y abiertas, el calor será intenso en el lugar más cercano al techo, incluso si los techos son altos. Incluso si decides utilizar aire acondicionado, es posible que mantengas la temperatura más adecuada, pero por el contrario el gasto energético será enorme, porque deberás tener funcionando el aparato casi durante todo el día. Incluso durante la noche no es más fresco, porque el calor “almacenado” durante el día, seguirá disipándose, por lo que será prácticamente imposible dormir ahí.
¿Cómo es un techo con aislamiento térmico?
Si has escuchado sobre el aislamiento térmico de fachadas, que consiste en inyectar un aislante a través de la cámara de aire existente, quizá pienses que esto no aplica a los techos. Pero sí que es posible. Lo que se hace es colocar paneles o trasdosados en techos y otras zonas de la vivienda que carecen de cámara de aire. Al crear este espacio, ya es posible aplicar el aislante insuflado, que puede ser celulosa, poliuretano, lana mineral, corcho.
Esos materiales tienen la cualidad de evitar que el calor pase a través del techo y se acumule en tu vivienda. Como resultado, tendrás un hogar con una temperatura más estable -incluso en verano- y que depende mucho menos del aire acondicionado. La diferencia de temperaturas con aislamiento con respecto a sin aislamiento térmico puede ser de varios grados. Eso sin mencionar el importante ahorro de energía al no depender de un aire acondicionado de forma permanente. Incluso con ventilar temprano por la mañana o durante la noche, el confort será pleno.
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